Autor: David Robinson
Traducción: David Gallegos, Reina Valera 1960
Recientemente mi esposa Diana y yo tuvimos la oportunidad de viajar a Carolina del Norte y asistir y hablar en una conferencia. El fin de semana fue maravilloso, fui tan bendecido por el apoyo de creyentes de todo el mundo. Pero debo admitir que no me sentí de esa manera al principio.
Cuando llegamos al hotel, algunas personas aparentemente nos reconocieron por las transmisiones en vivo de Freedom Hill y otros programas de televisión. Una pareja que conocimos en el elevador nos dijeron cuanto ellos quieren a Freedom Hill y al ministerio que Yahweh nos ha dado como congregación. Fue una bendición escuchar de muchas personas el cómo han sido impactadas por nuestro ministerio, pero también fue un poco abrumador. Nuestra congregación es muy pequeña, y simplemente no estamos acostumbrados a toda la atención de la gente, en especial todos al mismo tiempo.
Cuando entramos en nuestro cuarto, le confesé a Diana que no sabía si iba a poder soportar a todas las personas que se acercaran a mí durante este fin de semana. Pero entonces una palabra que el Padre me había dado dos semanas atrás regresó a mi mente: “Cada persona que conoces es una oportunidad”. El Padre me dio esta palabra en preparación para la conferencia, sabiendo que muchas personas se nos acercarían ese fin de semana.
Cada persona que conoces es una oportunidad. Ahora entiendo lo que esto significa. Cada persona que conocemos es una oportunidad para mostrar el amor de Yeshua. Transmitir el corazón del Padre. El Señor usa a Su pueblo para ministrar a Su pueblo.
Yo creo que la palabra que recibí no fue solamente para nosotros personalmente para un fin de semana, pero esta aplica a todos nosotros. Cada persona que conoces, en cada situación, es una oportunidad. Desde tu esposa, tus hijos, hasta el cajero del supermercado. ¿Estás mostrando el amor Del Padre? ¿Estás dando? ¿Estás escuchando? ¿Estás ofreciendo apoyo? Debemos dejar de estar consumidos en nosotros mismos y recordar que debemos ser luz para todos aquellos alrededor de nosotros.
Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. (Gálatas 6:10)
Yo no soy nadie especial. Soy un tipo sencillo. Sin embargo, el Padre me mostró que como creyentes tenemos la responsabilidad de reflejar el amor de Yeshua en cada situación. Así pues, donde quiera que te encuentres, recuerda que cada persona que conoces es una oportunidad.